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A los peque​ñ​os cad​á​veres de tantas hormigas

by Flecha Zen

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Devastado 03:10
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Yellow Tango 04:10
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Bestial 02:29
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about

Grabado entre los meses de enero y abril de 2021 en Rosario (con alguna afluencia de sonidos del norte argentino).

Flecha Zen es
Ignacio Grima
Pablo Racca
Pablo Serr

credits

released August 27, 2021

A los pequeños cadáveres de tantas hormigas

Como banda unx se pregunta y se responde cosas como puede. El inicio de este disco es la pregunta: "¿qué disco haríamos si nos disponemos a grabar en casa?". Habíamos tenido esa experiencia en balcony (On how I've become a balcony musician), pero el proceso fue muy diferente: tres personas aisladas enviándose piezas, mezclando y produciendo mezclas por separado, dialogando mayormente por mensajes de texto en un grupo de WhatsApp. Fue un dolor de cabeza. Este nuevo proyecto nos encontró reunidos y con una motivación clara: aprender cómo se hace un disco, desde apretar "record" y ver cómo se registra el sonido de una pista, hasta la masterización. Pero vamos al primer paso: cómo registrar & qué registrar. Estas dos preguntas se dieron en conjunto, y la cosa evolucionó durante el proceso: registramos con lo que tenemos (en principio, celulares y un grabadorcito Sony), luego dos placas de sonido sencillas; en principio editores de audio crudos, luego softwares de producción como el FL Studio. ¿Qué grabar? En este sentido nos volvió a ganar el gesto de la improvisación: cada vez que nos reuníamos (y algunas veces por separado), registrábamos pistas de guitarras, voces, percusión, sintetizadores, sonidos de ambiente, sin un plan claro, sino simplemente lo que surgía en el momento. De una misma sesión podían surgir pistas relacionadas entre sí que, más tarde, serían parte de la misma pieza (¿canción?) final. Ya sugerida entonces, la siguiente pregunta: ¿qué es una canción? Pero más bien, ¿qué es una canción de Flecha Zen? U otra, ¿hacemos canciones? Internamente, las llamamos "piezas". Mientras grabábamos "instrumentos" por separado --generando una especie de catálogo que con el tiempo se hizo monstruoso e inabarcable--, abríamos proyectos en un programa de audio y combinábamos pistas que parecían conjugarse para construir una "pieza". Mezclando de forma primitiva (tocando volúmenes, paneos y agregando algún efecto de reverb o compresiones), nacían los primeros "archivos wav" que nos permitían visualizar algo. Debemos haber generado, en el camino, decenas --¿tal vez más de cien? nadie llevó la cuenta-- de éstos. Entendimos por primera vez que esto hacen las bandas, sólo que siguiendo otro camino, el de la composición previa al grabado (digamos, llegan a tener cientos de proyectos en su computadora); nosotros más bien "compusimos" "posteriormente" a registrar pistas, como quien arma un rompecabezas donde las piezas son elementos sonoros (y, en principio, no parecen encastrar entre sí).

La evolución de las pistas registradas hasta las piezas que conforman hoy: A los pequeños cadáveres de tantas hormigas: nos sorprende también a nosotrxs. Cada "elemento emergente" de la combinación, mezcla, eliminación de elementos primarios y efectos, recortes y demás ediciones posibles, nos sorprendió a cada paso. Podemos decirlo así: en ningún caso trabajamos con un horizonte claro delante de nosotrxs. No teníamos una estructura (de canción, por decir) "de llegada"; tampoco una base de donde partir. Por lo tanto, los elementos combinables eran muchos y los resultados posibles, aun más. Esto, es verdad, podría leerse como "ah, entonces hicieron cualquiera". Las bandas que no tienen un sonido "convencional", que tienden a improvisar o a combinar elementos que al oído no le suenan conocidos, suelen recibir ese calificativo: hacen cualquiera, o sea, se ponen a jugar y puede salir cualquier cosa, "descriteriadamente". Detengámonos ahí: ¿cuál es el problema en eso? ¿En qué momento el "hacer música" se "enserieció" tanto que pareciera que hay que "defenderse ante una acusación"? ¿Cuál es el problema de ese "hacer cualquiera"? ¿Quién tiene ese problema? ¿Por qué no nos dejamos en paz y serenamente hacemos lo que se nos antoja? Aun con estos cuestionamientos, en la banda nos movemos siempre entre el juego intuitivo y la argumentación de lo que hacemos. Valga la contradicción: intuitivamente tenemos el reflejo de no caer en un juego descriteriado. Es una trampa. Estamos adentro de la trampa. Celebramos de todas maneras los espacios más lúdicos en que logramos, y también celebramos algunos "hallazgos conceptuales" que dan forma a algunas de las piezas o "canciones" (nosotrxs preferimos decir piezas, al menos por ahora; mañana quizás no). :Devastado: es uno de esos hallazgos a partir de la búsqueda de "perder el centro" en la mezcla y producción: "una canción sin centro". Así le llamamos nosotrxs, al menos en nuestro lenguaje; quien escucha tal vez experimente otra cosa. Y es que ahí está la verdadera cuestión: si de algo estamos convencidos es de que la música de la banda invita a ser experimentada, a tener una escucha activa que "complete el mapa" de la propuesta. Una escucha pasiva no encontrará forma en el disco.

De nuestra parte, una cosa segura: cada pieza nos cautiva, nos interpela, nos genera algo. Cualquiera sea el recorrido hasta alcanzarla, cada pieza que llega finalmente al disco lo hace por esa única razón: nos conmueve de alguna manera. No salimos ilesos del proceso, ni tampoco de las (re)escuchas del resultado. Ojalá haya también transformación --aunque sea mínima-- para otrxs que escuchen.

¿Por qué nos acostumbramos a *una forma* de hacer música? El mundo, mirado de forma horizontal, presenta un panorama sonoro vastísimo. Sin embargo --sin entrar en demasiado análisis de las causas--, tenemos el oído preparado, desde chicxs, para una única forma de canción. Todo lo que esté afuera de ello: justifíquese. Explíquese.

¿Qué nos hace "seguidorxs" de una banda o un proyecto musical? Tal vez sucede que un conjunto importante de artistas o bandas tiene una obra más bien homogénea, lo que nos lleva a pensar que nos gusta tal artista porque nos gustan ese tipo de canciones o melodías. ¿Pero qué pasa cuando la banda, disco a disco, cambia de rumbos y propuestas? Podemos pensar en un Bowie, Spinetta o Radiohead como ejemplos. Una respuesta posible es que nos enamoramos de un "criterio": nos gusta lo que esas sensibilidades generan, nos gusta lo que a ellxs les gusta, y entonces lxs seguimos. Otra posibilidad: construimos comunidad con esa banda. ¿En qué sentido? En que no hay más dualidad artista/oyente, donde unx tiene que probarse a lx otrx. Somos parte de la misma cosa, con lo cual simplemente nos hermanamos a quien crea y, mientras escuchamos, re-creamos nosotrxs la obra. La obra creada es entonces de todxs (y distinta para cada unx, pero esto es otro tema).

Si nos congregamos alrededor de algunos discos, recitales, canciones o cualquier "evento musical" creado por otrx ser humanx, espectacular. Si hay algunx artista con el cual nos sentimos más afín para ser compañerxs, bienvenido sea. Pero que prime ese primer instinto: reunirnos, crear, re-crear, celebrar. Cada creación se posicionará en "una parte distinta de nuestros oídos": bienvenido sea. Si recurrimos a mayores explicaciones, tal vez sea porque nos desviamos en alguna parte del camino.

A los pequeños cadáveres de tantas hormigas se puede escuchar, entonces, como si fuera un documental que trata de tres personas que alternando casas se reunieron durante algunos meses para hacerse preguntas, en un contexto social poco favorable para las reuniones pero muy favorable para cuestionar, en general, todo. Las 11 pistas del conjunto son registros sonoros compuestos por capaz de preguntas lanzadas en medio de los sonidos cotidianos. A esas combinatorias les pusimos un título, y así nació el disco, que es un trabajo de escucha atenta, exploratoria, en los resquicios de la trama vibracional-musical que, un poco azarosamente, llamamos “nuestro mundo”.

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Flecha Zen Rosario, Argentina

Flecha Zen, construcción activa de un manifiesto contra el adormecimiento. Nube piola: quererla es sufrirla. Visualizar ser nube, visualizar un avión atravesando la nube, visualizar una nube desde un balcón. Estar adentro es distinto a verla desde lejos, recordar eso. Flecha Zen intenta no pensar, sin éxito. Flecha Zen será o ha sido Pablo, aun si todo es improvisación. ... more

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